se revelan los espacios infinitos,
donde lo roto abre paso a lo eterno.
La memoria no siente sentido.
¿Cuánto tiempo he de resentir tu ausencia,
cuando la llaga no está en el cuerpo?
si los vestigios de tu mano no se borran,
¿cómo he de sanar por dentro?
Y es confuso contemplar tal paradoja,
que lo persistente es la ausencia
y este espiral de consecuencias
al final siempre me lleva a ti.
No muere el celoso anhelo
de poseer tu valiosa virtud
a olvidar con dulce facilidad,
hiriente indiferencia de soltar.
Con esta voz desgarrada por palabras
mi silencio siempre es más honesto.
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