Nadie te dijo a dónde ir o cómo respirar,
no te dieron un remedio que te pueda reparar.
Nadie te entendió cuando gritaste por amor
o cuando arrancaste partes de tu piel desesperado.
¿Qué buscabas en la sombra donde te perdiste?
¿qué tanto de ti dejaste ahí?
Tu mirada está perdida, buscando consuelo
desdibujando memorias contaminadas de miedo.
En lo profundo del alma no llega la luz,
se descompone en piezas indescifrables como tú.
¿Por qué no tiras los símbolos de lado
y dejas que el agua inunde tus pulmones?
El calor que crees no merecer se aleja lento
y asimilas la distancia como un sentimiento.
¡Qué pesado contemplarte
Y desgastante es estar junto a ti!
Miserable, repulsivo, despreciable,
un parásito perenne, hiedra de Lerna
que se esconde en tu cabeza
que te separa de mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario